Pureza de corazón
Hoy que llueve y que no hay nada que hacer, me hago un café y respiro. Intento no escuchar las voces externas e internas para no desconcentrarme y pongo mi atención en mis sentidos, en esa olor a tierra mojada que impregna cada parte de mi cuerpo, que me lleva a veranos de niñez en los que como hoy, se paraba el mundo y solo podíamos oler y dejarnos llevar por la brisa que las cuatro gotas han traído con ella. Y sin quererlo me voy a otros lugares: pasados y futuros que aun no se han llevado a cabo y busco silencio y pienso en ti, en el mundo, en la necesidad que quiero huir de lo banal, que quiero vivir con la pureza de corazón. Digo adiós a mucha gente en este viaje: a vosotros os debo alguna disculpa porque si habéis decidido iros, será por algo. Todos cometemos errores. Firmemente, a la vez, os digo adiós. Abro las manos y os doy las gracias por todo el camino sea largo o corto que hemos recorrido juntos. Y así, como aves que quieren volar, no os retengo más junto a mi y dej...